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El principio del fin del verano

Ya se nota. Septiembre está, como quien dice, a la vuelta de la esquina. Entre otros síntomas destaca: lo cerca que están los exámenes ya, y que por primera vez, desde hace varios meses, esta mañana HACIA FRESQUITO, un orgasmo para la piel...

Anoche fue una de esas noches en las que no tienes nada planeado y acabas pegado a un vaso partiéndote el culo. Y es que al mojito, cuanto más azúcar le eches, más te sube (sin llegar al punto de tener que masticarlo por dios...)

Entre las mil y una anécdotas que se contaron ayer (un año da para mucho) es mi deber y obligación sacar a la luz una de ellas. Manteniendo siempre el anonimato, claro está. La chica en cuestión no se caracteriza por acercarse a tios muy adecuados, por así decirlo. Pero este tio se lleva la palma. Se trata de 'joven bohemio' muy normalito a simple vista. Un aprobado raspadillo en la cama... hasta que empieza su show. Y es que todos (o casi todos) tenemos un fetiche, un objeto o una parte del cuerpo que nos excita sobremanera).  Pues el fetiche de este bohemito no era otra cosa que los pies. No su fetiche, su obsesión. Aunque personalmente me cueste entender como tal parte de la anatomía humana pueda excitar sexualmente a cualquier persona, puedo llegar a aceptarlo. Lo que no cabe ya en mi mente es que un tío pueda estar más de 45 min chupando y lamiendo los pies de su amiguita con los ojos en blanco. Pero ya no sólo es eso, es que ella no le podía mirar ¡porque le desconcentraba! Omitiré todos los comentarios y supuestos que hacer en esa situación que dijimos anoche.

Cada loco con su fetiche

3 comentarios

tu puta profesora de matematicas -

otra vez 2 + 2¿?

podologo aficionado -

es que tenia los pies muy mal y estaba haciendo un diagnostico a fondo

ALX -

¿45 minutos?