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De jueves a domingo

De jueves a domingo

Hoy le he preguntado a una amiga si es verdad que tengo fama de fiestero como dicen por ahí. Su respuesta ha sido: "hombre, de quedarte en casa desde luego que no eres", y esto me empieza a preocupar. Por una parte pienso: bueno, sales muchísimo, pero cuando tienes que estudiar, estudias. No es para tanto, que tienes 20 años. Pero luego también pienso: joder tio, que por un día que no salgas a beber a muerte y te quedes en casa viendo una peli no pasa nada, tu hígado te lo agradecerá. Y en esa lucha ying-yang me veo envuelto cada fin de semana. Todos sabemos quien gana siempre, claramente. Pero vienen tiempos díficiles. Tiempos difíciles y cortos por otro lado. Porque estamos en época de parciales, entregas y exposiciones, pero El Corte Inglés y Freixenet ya anuncian la Navidad, así que en semana y pico toca pegarse un respiro.

Como ya he dicho, siempre gana el lado menos racional, y este puente no iba a ser menos. No es sólo que el lunes haya sido fiesta, sino que, por excepción, este viernes también lo fue para mí. La excusa era cita con las dentistas (a las que un día debo dedicar una entrada entera), la consecuencia una pequeña borrachera cada noche desde el jueves. Nasti, Polana, Long Play, Elástico, El hombre Moderno, nuevamente Long Play, y mucha mucha mucha casa de Shay. La verdad es que Leganitos 23 Flexiclub (su casa) está marcando un antes y un después en la historia de la nueva modernez madrileña, ¿qué haríamos sin ella? Gracias, y más gracias por todo.

En medio de todo eso incluso ha tenido lugar una "cena navideña". Cada uno llevó sus platos preparados de casa. Todos excepto Franchejo y un servidor, que sin Thermomix a duras penas sé freír un huevo frito (cosa que en el día de hoy he tenido oportunidad de comprobar). Así que me armé con dos pizzas de Casa Tarradellas, una botella de Lambrusco, y cumplí como un señorito. La verdad es que el domingo no estaba muy católico yo, imaginaos, desde el jueves sin parar, pero gracias a la barra libre de la señorita Pau Eiroa mi cuerpo lozano aguantó un día más de fiesta. Un no parar.

Y ya no sé si darle importancia a lo que la gente pueda ir diciendo por ahí o no. Cada uno es como es, y yo soy libre y joven... Aunque el remordimiento siempre acaba agujereando mi cabeza. Mientras tanto, ancha es Castilla.

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